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Cuándo cambiar la correa de distribución
Una avería en la correa de distribución es una muy mala noticia. Es una de las reparaciones más caras del motor. Su rotura puede provocar otros muchos daños. Por este motivo, siempre es mejor prevenir que curar y cambiarla antes de que eso ocurra. Pero… ¿Cuándo hay que cambiar la correa de distribución? En este artículo responderemos a esta pregunta y te haremos saber todo lo que necesitas conocer sobre la famosa correa de distribución. Qué es la correa de distribución y cuál es su función La correa de distribución tiene como misión sincronizar el funcionamiento del motor en general, siendo ese el motivo por el que cualquier fallo en ella hará que el motor deje de funcionar automáticamente. Es una de las piezas más importantes del coche y cambiarla preventivamente es una opción que debes tener muy en cuenta. ¿Por qué? Porque si se rompe puede dañar el motor por completo y dejarlo inservible. Se dañarían las válvulas, los pistones y gran parte de los componentes del motor. Ese es el motivo por el que hay que saber cuándo cambiarla y hacerlo antes de tiempo. A pesar de que no sea un cambio barato, el precio por el que nos puede salir que se rompa y acabe destruyendo todo el motor es muy superior. Cómo saber cuándo cambiar la correa de distribución Para saber el momento en el que debes cambiar la correa, deberás fijarte en el libro de mantenimiento de tu vehículo. Normalmente oscila entre las 37282.272 millas y 99419.391, aunque dependiendo del tipo de uso y ambiente en el que te muevas ese intervalo podría cambiar. Conducción urbana En entornos urbanos es recomendable bajar esa estimación un 20-25%. Por ejemplo, si tu fabricante recomienda realizar el cambio a las 62137.119 millas pero tú habitualmente conduces por ciudad, deberías hacer el cambio a las 49709.695 millas Conducción por autopistas Por otro lado, si conduces por autopistas y trayectos en los que vas siempre en 5º o 6º velocidad, la estimación sí es más exacta. Es decir, si utilizas el coche en las últimas marchas podrás posponer el cambio de correa de distribución hasta más o menos cuando diga el fabricante. Temperatura y ambiente Dependiendo de si el lugar es frío o caliente, el nivel de polvo o la humedad del lugar en el que vivas también habrá que cambiar antes o después la correa. Podrás seguir las estimaciones del fabricante si vives en un entorno de temperatura media y donde el calor y el frío no sean protagonistas durante todo el año. Si por el contrario vives en lugares muy fríos (a menos de 0 grados) o calurosos (con temperaturas superiores a 30 grados), tendrás que cambiar la correa mucho antes. Una rebaja de un 20% de la estimación del fabricante sería suficiente. ¿Cada cuántos años se debe cambiar la correa? El fabricante del coche también te debería indicar el intervalo de tiempo en el que deberías cambiar la correa. Si este no viene especificado, toma como norma general que debes cambiar la correa cada 5 años. En caso de que no quieras cambiarla debido a que el coche ha tenido poco uso o por cualquier otro motivo, al menos revísala adecuadamente. Una correa de distribución puede llegar a durar hasta 10 años, pero esos son casos más aislados. Siempre se recomienda que se realicen revisiones cada 4-5 años y, dependiendo del estado de la correa, te decidas si cambiarla o no. Fuente: https://www.endado.com/consejos/cuando-cambiar-la-correa-de-distribucion/
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¿Después de cuánto tiempo debería cambiar mi auto?
Un auto se vuelve indispensable en la vida diaria, y como en todo, existen usuarios que permanecen con sus automóviles una gran cantidad de años, y aunque no existe lo correcto e incorrecto, los expertos recomiendan cambiar de vehículo cada 10 años. Todo dependerá de la calidad de vida que se les brinde a los autos, existen algunos “nuevos” en muy mal estado, y hay otros, que a pesar la antigüedad se encuentran impecables, casi como el primer día. Claro, existen muchas variantes, como la forma en que se le trate, y lo a menudo que se le lleve a dar mantenimiento. Así como lo lees, los puntos a considerar para cambiar un auto son bastantes. Te explicamos más a fondo algunos de ellos; haciendo a un lado algunos factores extras que pueden determinar cambiar de modelo, como, por ejemplo, diseño, eficiencia, seguridad, etc. ¿CUÁNTO PUEDE DURAR UN AUTO? Esta es una pregunta difícil de responder, porque como te lo contamos, todo depende del trato y mantenimiento que se le brinde. Por ejemplo, hay algunos vehículos que logran completar los 300, 000 km, y siguen funcionando de manera extraordinaria, gracias al mantenimiento preventivo que se le brinde en la agencia. No está de más decirte que todos los coches tienen una vida útil mínima y máxima que obliga a cambiar el vehículo antes o después. La mayoría de la gente experta en el campo, indica que los kilómetros son determinantes para considerar ya hacer un cambio, y ponen como límite, 250, 000 km. Por otro lado, y como te comentamos al inicio, los años también son primordiales, al llegar a los 9 años de vida, se debería ya plantear el cambio del auto. ¿CUÁLES SON LAS SEÑALES QUE DEBEMOS TOMAR EN CUENTA PARA UN CAMBIO DE AUTOMÓVIL? El cuidado del usuario, es la clave primordial para reducir o alargar la durabilidad de un auto, pero si a los 10 años de vida tu vehículo comienza a presentar cierto tipo de señales, te recomendamos ir planeando un cambio. Estos son algunos ejemplos: Pérdidas de líquidos La temperatura del motor es inestable Se escuchan ruidos extraños en el motor Vibraciones extrañas en pedales, transmisión y volante Constantes y pequeñas averías Expulsión de humo negro en el escape Carrocería en mal estado MANTÉN TU AUTO A LA PERFECCIÓN Si ya lo cambiaste o estás por hacerlo, mantén tu vehículo siempre vigilado y con constantes mantenimientos, esto puede hacer que la vida de este sea mucho más larga y útil. En las concesionarias y agencias de cada marca de automóviles, existen diversas opciones que se pueden llevar a cabo para el mantenimiento del vehículo, uno muy popular, y en el que muchos lugares se realizan es, “el chequeo de 20 puntos”. Considera todas las opciones que antes ya te mencionamos, recuerda que el buen cuidado de un auto, garantiza tu seguridad, y permite que tu vehículo esté más tiempo contigo y a tu servicio. Fuente: https://www.guros.com/blog/en-cuanto-tiempo-deberia-cambiar-mi-auto/
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¿Cada cuánto se debe hacer la alineación y el balanceo de los vehículos?
La alineación y el balanceo son dos procesos fundamentales para mantener el estado óptimo de los vehículos, sobre todo para garantizar la vida útil de la suspensión y de las llantas. Al ser un proceso necesario, es importante saber con certeza cada cuánto tiempo debe realizarse. Por eso, a continuación, le compartimos los períodos exactos para ejecutar la alineación y el balanceo de las unidades a fin de que administre mejor su flota ¿Cómo saber cuando su vehículo necesita alineación y balanceo? Por lo general, cuando los vehículos requieren de alineación, tienden a jalar hacia la izquierda o hacia derecha en el momento en que se suelta el volante. Más detalles que indican la necesidad de alineación: el desgaste desigual de las bandas de rodamiento; la dificultad al curvar; cuando el auto va en línea recta, pero el volante apunta hacia otro lado; cuando las llantas delanteras tienen una dirección distinta a las traseras. En el caso del balanceo, el principal indicador es la vibración. Si al superar los 80 kilómetros por hora, el piso del auto, el tablero, el asiento o el volante empiezan a vibrar, entonces se requiere de un balanceo urgente. Otro aspecto relevante cuando nos referimos a flotas es el consumo de combustible, el cual puede aumentar si el vehículo no se encuentra en las mejores condiciones, por lo que es importante conocer los principales métodos para controlar su uso. ¿Cada cuánto hay que hacer alineación y balanceo? Si identifica alguno de los indicadores mencionados, debe efectuar con urgencia la alineación y el balanceo. Sin embargo, lo mejor es evitar ese momento en el que comience a percibir dichos inconvenientes, puesto que se arriesga a que el vehículo presente problemas adicionales. Debido a esto, se recomienda que la alineación y el balanceo se realicen cada 6213.712 millas, dos veces al año y en ambos ejes de la unidad, es decir, tanto en la parte delantera como en la trasera. Se preguntará por qué ambos ejes: si una de las llantas está ligeramente abierta, cerrada o con una inclinación diferente, además de crear un mayor desgaste sobre las demás llantas, ocasiona que el vehículo se comporte impreciso; un factor que deja como consecuencia accidentes automovilísticos. Es importante que se mantenga al tanto del estado mecánico de las unidades para poder ejecutar una gestión correcta sobre su flota. Fuente: https://wvw.ubitecglobal.com/blog/alineacion-y-balanceo .
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Siete trucos para ahorrar gasolina y conducir de manera eficiente
Los coches cada vez consumen menos. Los vehículos diésel actuales ofrecen cifras de consumo de gasoil impensables hace unos años, y no digamos los de gasolina. Los motores downsizing, cada vez más pequeños, con menor número de cilindros -pocas marcas quedan que no incluyan en su oferta propulsores de tres cilindros-, ayudados de la sobrealimentación y de evolucionados sistemas de gestión y combustión, permiten ahorrar en el consumo de gasolina cumpliendo con la normativa en emisiones contaminantes prevista. Pero además, como usuarios, podemos ahorrar combustible aplicando una serie de trucos en la conducción y puedes ahorrar gasolina de una forma relativamente fácil, alcanzando incluso cifras de consumo por debajo de lo que anuncian las propias marcas. ¿Cómo ahorrar en el consumo de gasolina? 1. Planifica bien tu viaje Un viaje bien planificado e permitirá llegar a tu destino de la manera más rápida, fácil y segura, y ahorrando combustible. Alargar solo diez minutos el viaje de una hora puede provocar un aumento del consumo en gasolina o gasoil de hasta un 14 por ciento. 2. Comprueba la presión de tus neumáticos para reducir el consumo de gasolina Los neumáticos deben ir hinchados a la presión indicada por el fabricante y según las condiciones climatológicas (con mucho frío el neumático necesita un poco más de presión). Conducir usando neumáticos con una presión de 0,5 bares inferior a la correcta hace que el consumo aumente en un 2 por ciento en áreas urbanas y un 4 por ciento en las interurbanas. Recuerda, además, que cuando hagas un viaje con el coche muy cargado también debes aumentar la presión de las ruedas. Su nivel suele estar indicado en la tapa de la gasolina o en la puerta del conductor y, si no, en las gasolineras suele haber una tabla con las presiones de los vehículos según la marca y el modelo. Si no llevas correctamente inflados los neumáticos, la resistencia a la rodadura será mayor y tu vehículo consumirá más. 3. Haz limpieza y deja lo imprescindible en el maletero Antes de emprender la marcha, más si se trata de un viaje, debes racionalizar el volumen y el reparto de la carga. No solo es una cuestión de espacio, conducir con 100 kilos de peso innecesarios a bordo ocasiona que el consumo de combustible, en un coche de tamaño medio, se dispare hasta un 6 por ciento. Si utilizas el coche diariamente te aconsejamos que hagas un repaso a todo lo que guardas en su maletero y te lleves a casa lo que no necesites. No utilices el coche de almacén. Es una forma fácil y práctica de gastar menos en gasolina y ahorrar unos euros a final de mes. Además, recuerda lo peligroso que es viajar con carga en el habitáculo, especialmente si no está ubicada correctamente. 4. Arranque y puesta en marcha Arranca el motor del coche sin pisar el acelerador: en los motores de gasolina puedes iniciar la marcha inmediatamente después del arranque; en los motores diésel, espera unos segundos antes de comenzar a moverte. Usa la primera marcha sólo para el inicio. Cambia a segunda velocidad a los 2 segundos o 6 metros aproximadamente. Comienza a conducir lentamente (20 km/h en 5 segundos para ahorrar hasta un 11 por ciento de combustible) y evita acelerar bruscamente. 5. Mantén la velocidad uniforme para ahorrar gasolina Mantén la velocidad lo más uniforme posible, busca fluidez en la circulación evitando frenar, acelerar y cambiar de marcha si no es necesario. Para decelerar, levanta el pie del acelerador y antes de accionar el pedal de freno, si la situación lo permite, puedes dejar que sea el freno motor el que actúe primero. Si has de frenar, hazlo de forma suave y reduce de marcha lo más tarde posible, con especial atención a las cuestas en bajada. Circulando a más de unos 20 km/h con una marcha insertada, si no pisas el acelerador el consumo de carburante es prácticamente nulo. Al ralentí, el coche consume entre 0,5 y 0,7 litros/hora. 6. No mantengas el motor inactivo En paradas prolongadas es recomendable apagar el motor, ya que como hemos explicado en el punto anterior, un motor al ralentí consume carburante. 7. Aire acondicionado o ventanas abiertas: ¿qué gasta menos gasolina? Recurre al aire acondicionado cuando sea necesario o, si no, el coche gastará algo más de gasolina, sobre todo si vas a baja velocidad. Para que tengas aire frío en el habitáculo entra en escena el compresor, un aparato que se acopla al motor y que es el principal responsable de que vayas fresco en verano. El hecho de que dependa del motor hace que éste tenga que trabajar más cuando tienes el aire acondicionado puesto y, por eso, tu vehículo consume más gasolina o gasoil. Cuando viajes en autopista el aire acondicionado será una mejor opción que abrir las ventanillas del coche; en el segundo caso, además de ser un riesgo para tu seguridad cuando viajas a alta velocidad, el hecho de que estén abiertas afecta directamente a la aerodinámica del coche. El viento entra en el interior del vehículo y la resistencia contra el aire es mayor. Es aquí donde el consumo de combustible va a aumentar. Lo recomendable es que, si quieres reducir el consumo de combustible, sobre todo si hace calor, en ciudad es mejor que vayas con las ventanillas bajadas (siempre que sea seguro) en lugar de llevar el aire acondicionado. En carretera, la situación es la contraria: mejor viajar con las ventanas cerradas y el aire acondicionado conectado. Cómo ahorrar gasolina con una conducción eficiente Con la aplicación de unas técnicas de conducción eficiente, el conductor puede ahorrar hasta un 15% en carburante. Te explicamos algunas: Usa el freno del motor Si sueltas el acelerador cuando te das cuenta de que debes frenar, casi se detiene el suministro de combustible, con lo que su consumo se reduce hasta en un 2 por ciento. Conduce siempre con una distancia de seguridad adecuada (está prohibido ponerse pegado detrás de un camión para evitar la resistencia del viento y así ahorrar un poco de gasolina) y mantén un amplio campo de visión que te permita ver dos o tres vehículos por delante. Ve con la marcha más larga y no revoluciones el motor Optimiza al máximo el cambio de marchas. Circula el mayor tiempo posible en las relaciones más largas y a bajas revoluciones (en la ciudad, siempre que sea posible, utiliza la 4ª o 5ª marcha, respetando los límites de velocidad). Sobre el papel, el par motor de un coche diésel aconseja cambiar de marcha entre las 1.500 y 2.500 rpm. En caso de los gasolina el momento óptimo se sitúa entre 2.000 y 2.500 rpm. Si tu coche no dispone de cuentarrevoluciones, el sonido del motor te puede servir como referencia. Aprovecha las bajadas Utiliza los descensos para ahorrar en el consumo de combustible. Aprovecha la inercia para adelantar el cambio de marchas circulando a bajas revoluciones. En las subidas, retrasa al máximo la reducción de marcha, incrementando ligeramente la presión sobre el acelerador, aunque nunca pisando a fondo. Además de ahorrar gasolina o gasóleo, la conducción eficiente también tiene otras ventajas: la mejora del confort de conducción, ya que evita frenazos y acelerones bruscos, y un aumento de la seguridad vial gracias a una conducción anticipada que respeta la distancia de seguridad para disponer de más tiempo para reaccionar. ¿Cuándo consume más gasolina tu coche? Cuando compras un coche, uno de los datos técnicos que más te puede interesar es el consumo de combustible. Existen tres opciones: El consumo en ciudad: va a ser el mayor de todos. Esto se debe a que realizas una conducción irregular donde aceleras y frenas continuamente, algo que no ayuda a reducir el consumo de gasolina. El consumo en carretera: si conduces en autopista el consumo es menor, precisamente porque mantienes una presión constante en el acelerador y tocas menos el freno. Eso sí, a medida que vas más rápido el consumo de combustible es mayor ya que el motor tiene que luchar contra la resistencia del viento. Por eso, además de que no es legal ir a más de 74.565 millas no es recomendable superar esta velocidad si no quieres ver bajar la aguja del depósito con rapidez. El consumo mixto: obtendrás unas cifras que se sitúan entre los obtenidos en la ciudad y la carretera ya que es el resultado de hacer la media entre ambas. Fuente: https://www.race.es/como-ahorrar-gasolina
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7 señales de un radiador obstruido o en mal estado
¿Sabías que el radiador es el componente clave en el sistema de enfriamiento de tu motor? Así es, su función principal es evitar el sobrecalentamiento del auto. Cuando el radiador está obstruido o en mal estado, no funciona tan eficientemente como se pretende, es decir no produce suficiente refrigeración dentro del motor. Un radiador puede estar obstruido por dentro, por fuera o simplemente fallar por completo, y si este problema no se soluciona pronto, podría causar un daño permanente en las partes internas del motor. Si quieres saber cuándo está fallando el radiador de tu camioneta nueva, en el siguiente artículo te brindaremos algunas señales de que tu radiador está obstruido. ¿Cuál es la función del radiador? Para tocar el tema del radiador, es importante saber primero cómo funciona el motor de tu vehículo. En pocas palabras, el motor se encarga de quemar combustible para producir energía. Al realizarlo, este se calienta debido a la continua combustión que se produce cada segundo. El calor extremo produce daños al motor, lo que a la larga disminuye su vida útil. Aquí es donde el radiador toma un lugar en el complejo funcionamiento del motor. El radiador de un auto se utiliza para enfriar el motor con el uso de refrigerantes a través del proceso de disipación. Sin un radiador que funcione de manera óptima, el motor de tu vehículo se sobrecalentará, dañando la mayoría de las piezas internas, como los pistones y las juntas. Hay situaciones en las que es bastante difícil inspeccionar visualmente si el radiador se está obstruyendo, ya que los problemas tienen lugar en el interior. Por lo general, la causa es la acumulación de óxido u otros sedimentos. Señales de un radiador obstruido o en mal estado 1. Fuga del refrigerante Los refrigerantes fluyen constantemente por el motor y el radiador con la ayuda de la bomba de agua. Si el radiador está obstruido, entonces los refrigerantes encontrarán otro camino que a veces causa grietas en el radiador. Las grietas o agujeros en el radiador causan que los refrigerantes se escapen, resultando en fugas. Una vez que esto ocurre, es posible que puedas ver pequeñas gotas de refrigerante que salen de tu vehículo. En esta situación, te recomendamos que inspecciones tu radiador para determinar que la fuga proviene efectivamente de este. Recuerda que las grietas o agujeros pueden producirse en cualquier parte del radiador, así que es mejor sacarlo para inspeccionar a fondo. Si no solucionas la fuga lo antes posible, tu motor puede sobrecalentarse e incluso necesitar costosas reparaciones debido a daños internos. 2. Motor sobrecalentado Con un radiador obstruido, los refrigerantes no fluyen correctamente, lo que resulta en un sobrecalentamiento. Esto suele ocurrir por la corrosión debido al óxido, la acumulación de depósitos internos a lo largo del tiempo o los residuos que se atascan en el radiador. Estos impiden que la cantidad adecuada de refrigerante circule a través del radiador y del motor. Una de las formas más sencillas de determinar si el motor se está sobrecalentando es comprobar el indicador de temperatura, situado normalmente en el panel de instrumentos del auto. Si la lectura del indicador de temperatura aumenta rápidamente, significa que tu motor está experimentando un aumento anormal de temperatura. Recuerda que el sobrecalentamiento del motor puede deberse a varias razones, además de un radiador obstruido, así que te recomendamos que te asegures antes de comprar un repuesto nuevo. 3. Decoloración del refrigerante Hay varios colores de refrigerantes dependiendo del material utilizado por el fabricante. Sin embargo, el color más común utilizado en la mayoría de los sistemas de refrigeración del motor es el verde. Con el tiempo, los depósitos internos e incluso los lodos pueden contaminar el refrigerante. Esto lo convertirá en un color oxidado o incluso del color del aceite. Entonces, si el radiador de tu vehículo está obstruido, el color del refrigerante puede pasar de verde brillante a un color marrón similar al óxido. Cuando el refrigerante está descolorido, puede causar un aumento en la viscosidad del fluido, haciendo más difícil que los refrigerantes fluyan alrededor del sistema. Te recomendamos que examines el tanque de desbordamiento del refrigerante de vez en cuando, de esta manera podrás comprobar el estado del refrigerante y determinar si es el momento de reemplazarlo o no. 4. Aletas del radiador dobladas o dañadas Los radiadores están diseñados con aletas que dirigen el flujo de aire para enfriar los refrigerantes. Estas aletas pueden dañarse al conducir por terrenos irregulares a altas velocidades, vibraciones excesivas, residuos como la grava, e incluso por la alta presión del agua al limpiar. Si ves que tu auto se calienta más rápido de lo habitual, podría significar que las aletas del radiador están dañadas, lo que interrumpe el flujo de aire ideal dentro del sistema. Por ello, te recomendamos que compruebes si hay daños para asegurarte de que el radiador es la raíz del problema. 5. Manguera inferior del radiador fría Si tu radiador está haciendo su trabajo de manera óptima, notarás que la manguera superior puede estar muy caliente al tacto, pero la manguera inferior está simplemente tibia mientras el refrigerante viaja a través del radiador. Por el contrario, si al conducir un tramo corto notas que la manguera inferior del radiador está fría, hay una posibilidad de que tu radiador tenga una obstrucción que impide que la cantidad de flujo completo regrese a la bomba de agua.
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Cuándo hay que cambiar los amortiguadores
Te contamos el modo en el que se deben de cambiar los amortiguadores delanteros y las razones por las que hay que hacerlo en pareja. Cambiar los amortiguadores del coche es un paso muy importante para que el vehículo mantenga su estabilidad y para que la conducción sea más fluida. Es fundamental saber cuándo es necesario realizar este proceso y si es cierto que se deben cambiar a pares. Te contamos todo lo necesario. Cada cuánto hay que cambiar de amortiguadores En condiciones óptimas, los amortiguadores de un coche están diseñados para durar entre 75.000 y 100.000 Kilómetros. Una vez que se ha superado esta distancia es necesario realizar una revisión que compruebe en qué estado se encuentran. Para comprobar si un amortiguador sigue manteniendo su vigor se debe de realizar en primer lugar un análisis visual en el que se descarten fugas de aceite. En el caso de que haya líquido desprendido, el recambio debe de ser inminente. Sin embargo pasar esta prueba no significa que este perfecto, y es necesario practicar otros diagnósticos como el control de las vibraciones donde se medirá su eficacia. Si se refleja que este dato es inferior al 55% el cambio debería de realizarse de manera inmediata. El estilo de conducción y las vías por las que se circula influyen en la vida de los amortiguadores y en la necesidad de ser cambiados. Conducir por terrenos pedregosos de manera agresiva a una gran velocidad hará que la vida útil de esta pieza sea inferior. Cambiar los amortiguadores delanteros y traseros si se encuentran en mal estado es muy importante porque este elemento puede afectar a otras piezas de la suspensión como los resortes, los cuales pueden sufrir un desgaste elevado y hacer necesario un cambio total del mecanismo. Una vez más, ser previsores nos permitirá ahorrar dinero y evitar sustos innecesarios. El mayor inconveniente que encontramos a la pregunta sobre cuándo hay que cambiar los amortiguadores del coche es que no disponemos de un dispositivo, ni indicador que nos permita seguir unos tiempos exactos. Los fabricantes recomiendan, como con el resto de elementos de nuestro vehículo, llevar a cabo revisiones periódicas. ¿Lo ideal? Cada 20-30.000 kilómetros, aunque para llevar a cabo el cambio lo habitual es hacerlo a partir de los 65.000 km, sin llegar más allá de los 90.000. Entre las recomendaciones para hacerlo, está la de hacerlo por ejes, es decir de dos en dos. Pistas que invitan a un cambio de la amortiguación Pese a que no existe una fecha exacta en la que debamos cambiar los amortiguadores, existen una serie de señales que nos darán la pista de que debemos llevar a cabo el cambio. Te mostramos las más destacadas: Si notamos una vibración en el volante, podría ser síntoma del desgaste de los amortiguadores. En las curvas, si notamos cómo perdemos el control, o que al frenar no responde como debiera, apúntalo, puesto que es posible que necesites realizar el cambio. Un exceso de consumo de combustible puede ser señal inequívoca de que los amortiguadores de tu vehículo ya han cumplido su ciclo y es necesario cambiarlos. En definitiva, cambiar los amortiguadores es una acción necesaria para que el vehículo mantenga su equilibrio. El recambio debe de hacerse de manera paralela por ejes para evitar accidentes y riesgos innecesarios. ¿Es necesario cambiar los amortiguadores de manera conjunta? Existe un gran debate sobre si realmente se deben cambiar los amortiguadores delanteros y traseros de manera par. Una corriente aboga a que si solamente falla una unidad solamente es necesario reponer únicamente ese elemento, mientras que la gran mayoría de expertos coincide en que aunque solamente un amortiguador deba de ser cambiado, también hay que realizar la misma operación con su contrario. Mantener la simetría en la configuración del vehículo es muy importante pues de esta manera se consigue que haya equilibrio y que la respuesta ante los obstáculos sea similar. Además se produce un desgaste uniforme que logra que no haya un punto débil propenso a romperse. En caso de realizar solamente un cambio de amortiguador, el nuevo dañara al viejo debido a que está en mejores condiciones y que hará que el otro lado tenga que hacer un mayor esfuerzo y termine partido. Según el Gabinete de Estudios para la Seguridad del Automóviles (Gesafa), cambiar únicamente un amortiguador descompensa la firmeza del automóvil. Esto supone que el control de vehículo a la hora de tomar curvas se resienta, así como la distancia de frenado, la cual se verá aumentada. A medida que avanza el uso se produce una mayor inestabilidad y un mayor riesgo de que pueda suceder un siniestro. Por lo tanto, cambiar los amortiguadores delanteros de manera conjunta puede parecer duplicar el gasto al inicio, pero ayudará a evitar futuras visitas al taller y, más importante, a minimizar el riesgo de sufrir un accidente.
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